Julieta
Los
sonidos asquerosos que hacia al respirar el tipo que dormía a mi lado, no me
había dejado pegar un ojo en toda la noche. Rebusque en su billetera, por si
aún tenía restos de coca, pero no había nada. Excepto un miserable billete de
diez soles que me serviría para subsistir hoy. Me puse la ropa y salí de ahí. Ya
eran las cinco de la mañana, no había dormido nada y mi cabeza parecía que iba
a estallar en cualquier momento. Encima hoy tenía examen de Historia del Arte y
no había estudiado nada. Necesitaba llegar a casa a dormir un poco y estudiar
si no quería reprobar el curso. Tenía media beca, si jalaba uno me jodía. Ya de
por sí me costaba juntar el dinero para pagar la mitad de pensión.
Apenas
llegué a mi casa, lamente no tener otro lugar donde quedarme. Mi viejo estaba tirado en el sofá de la
pequeña sala-comedor-cocina, junto a una mujer gorda que estaba desnuda. Me
dieron ganas de vomitar, pero me aguante y entre a mi habitación. Fue ahí,
donde vi a un tipo estaba tirado en mi cama, era uno de los borrachos amigos de
mi viejo. Le grité que se largue de mi cama.
Pero lo que hizo fue lanzarme a la cama, mientras intentaba quitarme la
ropa. Le di todo los golpes que pude meterle encima, pero él era más grande que
yo y obviamente más fuerte. Grite tanto que mi viejo despertó y apareció en mi
habitación
¾ ¡Qué escándalo es este! – gritó sacando al tipo que me estaba
arrancando la ropa
¾ ¡Casi me viola! ¡Cómo se te ocurre meter a este a mi habitación! ¿Acaso
estás loco?
¾ Eh tranquilo amigo solo estábamos jugando, tu hija de es una loca
escandalosa - dijo el tipo
¾ ¡Vete a la mierda huevón! – le grite al vago ese
¾ Cállate la boca ¿estas son horas de llegar? – me increpo
¾ ¿Este es un buen recibimiento acaso? Metiendo a un tipo borracho a mi
cuarto que casi me viola
¾ Mejor me quito y te dejo con la loca esta, nos vemos – el tipo salió y
me guiño el ojo, yo le lance un zapato que no le cayo, mi viejo vio la escena y
no se inmuto
¾ No debí tener una hija hembra, solo das problemas – dijo mi viejo
saliendo de mi habitación
La mujer
desnuda seguía dormida, mi viejo se hecho a su lado y comenzó a manosearla. Me
entraron ganas de llorar, pero me contuve. Sólo atine a cerrar la puerta con
llave.
Y pensar
que ese sujeto era mi única familia. No tengo madre, no es que este muerta, es
que hace 10 años conoció a un hombre y se largo con el, dejándome en la mierda
con mi viejo. Debió llevarme con ella, pero cuando se lo pedí, me dijo que era
un estorbo, que sólo iba a arruinar su felicidad. La veo a veces en los clubs,
ella trabaja de noche, o sea se prostituye. Obviamente el tipo con el que se
largo de la casa la dejo, luego se metió con otro que la golpeaba, de ahí llego
uno que murió de sobre dosis, hasta que callo en manos de Benny, el que ahora
es su caficho.
No
quiero hablar mas de ella, me da nauseas y quiero vomitar desde hace rato.
Sacudí
mis sabanas y me metí a la cama, no faltaba mucho para mi examen y eso me ponía
nerviosa, así que me aguante el sueño, felizmente la coca aun me mantenía en
estado de alerta y me puse a estudiar un poco, confiaba en que Bob me sople,
pero no confiaba en el profesor, sabia que quería cagarme, y por mas que le
ofrezca acostarme con el, me va mandar a la mierda porque es maricón.
Un par
de horas después salí a la universidad. Hacía un calor infernal y el bus estaba
repleto. La gente apretaba sudorosa mi cuerpo. Quería morirme.
Cuando
al fin llegué, corrí al aula. El
profesor ya había llegado, designo dos grupos para dar la prueba – el muy
maldito – y me puso en el primer grupo, dejando a Bob en el segundo. Me sentó
en el primer pupitre del aula, donde no tenia acceso a nada excepto a él. Llene
mis datos en el examen y comencé a ver doble, no me sentía bien para nada. Me
pare del pupitre tenia que vomitar, tenia que salir corriendo de ahí y entrar a
un baño, tirarme agua, pero solo llegue a mitad del aula y me caí lastimándome
las rodillas. El profesor me levanto y le conté que no me sentía nada bien.
Hizo ingresar a Bob para dar el examen y me dijo que descanse un poco, que
entraría en el segundo grupo. Me sorprendió su amabilidad. Fui al baño pero
estaba repleto de tipas con pintura haciendo cola. Yo estaba muriendo, así que
sin querer me metí al pabellón de letras y aparecí en el baño de Literatura. Vomite
tanto que me salió sangre. Me eché agua en la cara y me quede mirando al
espejo. Tenía el maquillaje chorreado de ayer, mis ojeras complementaban la
destrucción en mi rostro, mis ojos estaban irritadísimos. Parecía un zombie.
Necesitaba
una cama donde pueda dormir en paz, donde no este mi viejo fornicando en otra
habitación con alguna prostituta, donde no halla un hombre que quiera tener
sexo conmigo y este sobándose en mi espalda.
¾ ¿Y esa cara? ¿Mala noche? – voltee y vi a la hija del Ministro.
¾ Y todo gracias a ti, debiste darme algo – le dije
¾ ¿Algo? Si claro – se quedo observándome de lejos - ¿quieres un porro?
¾ ¿Intentas reivindicarte conmigo?
¾ Ven, vamos a mi camioneta ahí estaremos tranquilas
La seguí
porque realmente necesitaba fumar un poquito, sabia de buena fuente que ella
conseguía la mejor droga que uno pueda probar, pues tenía dinero y con eso solo
compras lo mejor. Me abrió la puerta de su camioneta y espero a que subiera
para cerrarla. La tipa era todo un caballero. Ella subió al volante y saco un
pitillo, lo prendió, aspiro un poco y me lo dio.
¾ Gracias, no sabes como me relaja esto – le dije en mi segunda piteada –
estoy hecha un asco
¾ Si, ya veo – me dijo quitándome el porro, aspirándolo y devolviéndomelo
- ¿Dónde te metiste ayer?
¾ Un tipo de Derecho, ¿creo? No sé, sólo se que tenía coca barata y me
terminó de destruir
¾ Ten cuidado, eso de destruirte es en serio, te puedes morir
¾ Tengo que irme a estudiar, tengo examen… - le dije cambiando el tema -
¿puedo quedarme con el porro?
¾ Claro, es tuyo
¾ Gracias, eres de puta madre – dije abriendo la puerta de la camioneta,
pero ella me retuvo
¾ Espera ¿Tienes algo que hacer mas tarde? No quisiera que vuelvas a caer
en manos del tipo de Derecho y termines muerta
¾ Que graciosa ¿Qué tienes en tu casa que yo pueda querer?
¾ De todo
¾ ¿Una cama donde pueda dormir sin que nadie quiera penetrarme? – le dije
sonriendo
¾ No creo que yo pueda penetrarte… - dijo riendo - ¿Qué dices?
¾ Estoy libre al medio día, búscame – le dije y salí de su camioneta
guiñándole el ojo
Todos en
la universidad sabían sobre la hija del ministro. Era media gótica, le gustaba
inspirar miedo, tenía harta yerba de buena calidad y toda clase de drogas
buenas a la mano. No tenía amigos, excepto ese flaco con el que siempre para y
pienso que él está enamorado de ella o al menos la usa para recrear su mente
con sus drogas. Claro y lo más importante de la hija del ministro era que… Ella
era lesbiana. Lo que sabía de su “especie” era que siempre están en busca de
afecto, comprensión y aprobación. Yo siempre estoy en busca de dinero y drogas.
Nos íbamos a complementar a la perfección.
Ahora
solo debía encontrar la forma que la bollera no se me lance encima y se quede
dormida antes de querer hacerme algo. No tenia nada en contra de los maricas y
las machotas, pero no pensaba revolcarme con ella, y menos por un porro.
Supongo que mínimo tendría que pagarme una mensualidad de la universidad.
Di mi
examen más relajada, creo que lo di bien. Bob me espero a la salida, me cargo los libros
y me invito una hamburguesa en la cafetería, me moría de hambre. A los minutos vi
entrar a Lara a la cafetería. Estaba
junto al flaco ese. Antes pensaba que era su novio, pero luego me entere que a
ella es del otro equipo y lo descarte. Almorzaron y se quedaron charlando un
buen rato. El la abrazaba a cada rato, en un momento le dio un beso con sonido
en la mejilla. Ella se mataba de risa. Luego sonó el celular del flaco y sonrío
con entusiasmo extremo. Lara le dijo un par de cosas y se despidieron.
Por su
parte, Bob me contaba cosas que no entendía. No es que le preste atención
tampoco, pero bueno… por alguna razón me había quedado mirando a Lara, quien se
estaba acercando a mí.
¾ ¿Vamos? – me preguntó
Me despedí
de Bob y me fui con ella sin decir nada. No sé por qué me puse nerviosa. Creo
que era por su mirada. Era bastante fuerte, como esas que te atraviesan el
alma. Antes pensaba que era una asesina en serie, ahora solo la veía como una
tipa con ansias de afecto, igual que todos los idiotas que se la pasan estirándome
alfombras al caminar, dándome regalos y dinero.
Caminamos
hacia su camioneta en silencio, esta vez no me abrió la puerta y subió algo
apresurada.
El
camino a su casa me desconcertó más. No había música, nadie hablaba, ella
fumaba cigarrillos, uno detrás de otro. Ella vivía en una casa gigante en
Rinconada del Lago. Baje del auto y me quede estúpida, nunca había estado en
una casa tan grande, abrí tanto la boca que casi me entra una mosca. La seguí y
no dejaba de mirar alrededor. Ella no hizo ningún comentario, avanzo
rápidamente y subimos las escaleras hacia su habitación. Me dio algo de cosa sentarme
en la cama de una tipa que le gustaban las tipas, pero me cagaba de sueño, me
sentía infeliz y ella había sido amable conmigo. Además ¿Qué me podría hacer?
¿Matarme? Me haría un favor, ¿torturarme? Lo hago yo misma a diario ¿Golpearme?
Estaba acostumbrada ¿violarme? Me eh sentido violada con todos los asquerosos
con los que me eh acostado desde los 11 por un plato de comida o drogas.
Su
habitación era grande, posiblemente era más grande que toda mi casa. Las
paredes estaban pintadas de blanco, imagine que eran negras pero no, eran
blancas, tenía pósters pegados en la pared y muchas fotografías. Me acerque a
ellas y vi a Lara con algunas tipas abrazadas, saliendo de conciertos, fotos
con cantantes y bandas. El flaco salía con ella en casi todas las fotos.
¾ ¿Conoces a Green Day? ¡Wow eso es impresionante!
¾ Si, imagine que me envidiarías – dijo quitando el edredón de su cama –
puedes meterte cuando quieras – la mire con desconfianza – no intentare
violarte – me sonrió y se dirigió a su escritorio y prendió su portátil
¾ ¿Tienes algo de beber? – le dije
¾ Fíjate en el mini bar, si mi hermano no se robo mis cervezas me das una
a mi – me acerque y saque un par. Le acerque la suya
¾ ¿Cómo es que tienes un mini bar en tu dormitorio? – le dije
¾ Me da pereza bajar por una chela, y otras me da pereza subirlas aquí y
las dejo en el mini bar de la cocina – me explico sin quitar los ojos al
portátil
¾ También tienes un horno microondas – le dije asombrada
¾ Soy una perezosa ya te dije – la mire y me senté en un sofá que tenia
cerca de ella y la quede mirando
¾ ¿Qué escribes?
¾ Estudio literatura, la pregunta es ¿Qué no escribo? – sonreí y ella me
quedo mirando - ¿No tienes sueño?
¾ Si un poco – me bebí toda la cerveza y me lance a la cama, era suave –
con esta cama no despertare en un mes – ella sonrío
¾ Eso pensé, tomate el tiempo que quieras – Ella se levantó del
escritorio y cargo su portátil – te dejo dormir, grita si necesitas algo,
estaré en el cuarto de a lado.
¾ Espera – le dije
Acerque
mis labios a los de ella. No es que me provocara besarla, pero supongo que era
lo mínimo que podía hacer. Me estaba dando una cama para dormir. Al final, no
me atrevía a besarla, sólo me quede parada como tonta frente a ella con los
labios muy cerca a los suyos.
Ella levantando
una ceja y sonrió.
¾ ¿Qué haces?
¾ Yo…
¾ Descansa ¿sí? – dijo y salió de la habitación.
Por un
momento pensé que se me lanzaría encima, pero nada. Me acerque a la puerta
esperando a que vuelva, pero eso no ocurrió. Así que me metí a su cama y me dormí
al instante. Cuando abrí los ojos, solo vi una pequeña luz encendida en una
lámpara en la esquina de la habitación, no sentía calor, el aire acondicionado
estaba prendido. Voltee y no vi a Lara en ninguna parte. Vi la hora era media
noche. No podía creerlo. ¡Había dormido diez horas! Me levante de la cama y
comencé a llamarla, pero no venia, así que abrí la puerta de la habitación y
eleve la voz. Pero tampoco venía. Camine por el pasillo oscuro y escuche unos
ruidos que venían del primer piso. Me acerque despacio para no ser escuchada y
vi a un chico de cabello negro y algo largo abrazando y besando a un hombre mayor
en el sofá de la sala. El
chico se arrodillo en el sofá y comenzó a decirle algo no legible para mis
oídos, y el mayor abrió las piernas y se bajo la bragueta. El chico
saco el miembro del tipo y se lo introdujo la boca, el sujeto comenzó a jadear
de placer y yo no creía lo que veía.
¾ Parece que a mi hermano se le quitó la depresión - dijo Lara que
apareció a mi lado con una bandeja llena de comida - ¡Lárgate a un hotel
imbécil! – le grito
El
sujeto mayor se puso nervioso y dijo algo como “No me dijiste que estábamos
solos” el menor que era obviamente el hermano de Lara, volteo con ira en los
ojos y grito unas cuantas blasfemias. Yo me hice a un lado de todo y entre al
dormitorio de Lara, quien me siguió al instante.
¾ Lo siento, es que mi hermano consiguió nuevo amigo de juegos y bueno…
¾ Yo conozco a ese tipo. ¿Es congresista, cierto?
¾ Si, pero no se lo digas a nadie por favor – me pidió
¾ No puedo creer que sea gay
¾ Olvídalo ¿sí? Estaba trayéndote algo de comer, debes estar hambrienta
¾ Algo – agarre una tostada con mantequilla y la engullí – gracias
Ella
dejo la bandeja encima de la cama y comencé a comer de inmediato. Estaba
repleta de tostadas con mantequilla y mermelada, jugo de durazno, frutas, café
y un pedazo de pizza.
¾ Fui al supermercado mientras dormías, en esta casa casi nunca hay nada
– me explico
¾ ¿Dónde están tus padres? – le pregunte
¾ Mi viejo se queda hasta muy tarde en el Ministerio, así que compro un
departamento más cerca y mi vieja esta con el
¾ No vienen a verlos nunca o que – le dije mientras tomaba jugo
¾ Ayer hubo una cena aquí con ellos y sus amigos políticos, los veo lo
necesario – me dijo
Termine
de devorar todo en la bandeja y le agradecí, ella me sonrió y dejo la bandeja
en su escritorio, me dijo que compro un cepillo de dientes para mi y estaba en
el baño. Asumí que quería que pase la noche con ella. Quizás por eso me hizo
dormir, para que este descansada cuando... la piel se me erizó de solo
pensarlo. Fui al baño, me cepille y lave el rostro, me quede observándome y
suspiré, no tenia otra opción y entre resignada al dormitorio. Ella estaba
sentada en el sofá fumando un cigarrillo y me quedo viendo. Me quite el polo
que traía y la falda, quedando en ropa interior. No la miré, ni le hable. Sólo
atine a sentarme en la cama
¾ Ponte esta pijama – se levanto del sofá y se me acerco – buenas noches
– me dio un beso en la mejilla y desapareció del dormitorio llevándose la
bandeja vacía de comida.
Me quede
helada. ¿En serio no iba a follarme? Vi el pijama, era un polo de tiras y un
short. Ambos tenían dibujo de ovejitas felices. Era color rosado pastel. Me
puse el pijama, y esperé. Pero nada. Nunca apareció. Me metí a la cama otra vez
y sentí su olor impregnado en las sabanas. ¿Qué rayos querrá esta chica de mí?
Me pregunté.
Luego
deje de darle vueltas al asunto y me dormí.