El viento volaba en sus cabellos y la combinación de este y el agua salpicaban sus pies desnudos parados sobre una fría roca de acantilado.
Todo el lugar olía a invierno. Los abetos cubiertos de nieve aun asomaban parte de sus hojas de un verde fuerte como pequeñas personitas que se asomaban por la fría ventana de una inspiradora mañana. El césped, algo tapado por la escarcha de la mañana se sentía frío y distante y las flores, gracias al frío de la mañana, se mostraban mas rojizas que de costumbre aunque no estuviesen allí.
Ella todavía se preguntaba como había llegado a esto. Tanto dolor empaquetado tiene su fin después de todo. Así su final sea bueno o malo, debía terminar, esa mujer debía terminar con todo ahora mismo. ¿Lo mejor? El no se enteraría, para el ella ya no era de importancia, para el ella era tan solo… anónima. Talvez ahí comenzó todo, talvez desde ese día en el que el tan solo pudo balbucear las palabras “ya no te quiero”, aunque también podía ocurrir esto por otra cosa… no, debía ser por el.
Ella todavía se preguntaba como había llegado a esto. Tanto dolor empaquetado tiene su fin después de todo. Así su final sea bueno o malo, debía terminar, esa mujer debía terminar con todo ahora mismo. ¿Lo mejor? El no se enteraría, para el ella ya no era de importancia, para el ella era tan solo… anónima. Talvez ahí comenzó todo, talvez desde ese día en el que el tan solo pudo balbucear las palabras “ya no te quiero”, aunque también podía ocurrir esto por otra cosa… no, debía ser por el.
Arrimo sus pies mas cerca de la cornisa, cerro sus ojos como deseando que todo suceda rápido y sin dolor, salto y se entrego a los brazos del océano, durmiendo por siempre, hundiendo sus mas profundos sentimientos en un par de gotas saladas.
2 comentarios:
Corto, pero con pies y cabeza.
Bien narrado.
Felicidades
Me gustó, breve pero consiso
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